El círculo virtuoso de las donaciones y la solidaridad

Muchos son los vecinos de Nordelta, Nuevo Delta y personas de otras comunidades que se acercan a la Fundación, ya sea a nuestra sede o a nuestro contenedor a donar prendas de adulto, ropa infantil, ropa blanca, objetos de decoración, libros, útiles escolares, juguetes, etc.

Gestionamos las donaciones a través de un proceso que consta en primer lugar de una etapa de clasificación que está cargo de un equipo de voluntarios. Algunas donaciones se derivan a nuestro Ropero Comunitario ubicado en la sede que tenemos en el barrio Las Tunas.  Otras, se destinan según las necesidades, a otras instituciones, como el Hogar San José, el Jardín Niño Dios, el Jardín de Infantes Manuelita, o la Escuela Nº 21 Amado Bonpland del barrio El Lucero. Además, en lo que va del año, distribuimos donaciones por necesidades puntuales y situaciones de emergencia. Por ejemplo, a una vecina voluntaria proveniente de Venezuela que está ayudando a la comunidad de ese país en la Argentina; a los Bomberos Voluntarios de Benavidez que viajaron para llevarles donaciones a las víctimas de las inundaciones en el Litoral: o al área de Oncología Pediátrica del Hospital Gutiérrez, a donde enviamos juguetes. Otras donaciones, se destinan a ferias sociales, que llevamos a cabo a lo largo del año para recaudar fondos para fines específicos.

Las ferias son apenas un eslabón de una cadena de buenas voluntades. Las donaciones son revalorizadas desde que llegan a nuestro contenedor. La etapa de clasificación a cargo de nuestro voluntariado, incluye muchas veces restaurar algunos objetos, reparar juguetes, y hasta el lavado y planchado de prendas. En el Ropero Comunitario, en Las Tunas, un grupo de mujeres, que asisten a nuestra Fundación desde hace años a distintas actividades, colaboran, ordenando, clasificando y organizando el funcionamiento de este espacio.

¿Por qué y para qué hacemos ferias? 

A través de las ferias buscamos brindarles a todas las personas la oportunidad no sólo de comprar a precios muy accesibles, sino también la dignidad de poder elegir. Un niño que puede elegir qué juguete llevarse y ve a sus padres pagar por él, en lugar de recibirlo como una donación, es un niño a quien se le abren posibilidades, como la construcción de su identidad y sus valores. Una mujer que puede adquirir una prenda que le gusta, es una mujer que ve el resultado de su trabajo y se siente digna.

El viernes 5 de abril próximo de 10 a 17 horas, realizaremos nuestra primera Feria del Usado en la zona de Nuevo Delta, en un predio cedido para esta ocasión por Shell Nordelta, socio estratégico de nuestra Fundación. Lo recaudado será destinado a comprar equipamiento escolar para nuestra Casa de Las Tunas, que está en plena remodelación. Pupitres, pizarrones, sillas, son algunos de los elementos que necesitamos para equipar las aulas y poder empezar con las actividades de este año, y continuar nuestra tarea de velar por la igualdad de oportunidades, a través del desarrollo humano de las personas y familias en situación de vulnerabilidad.